Declaración
en torno al crimen de Estado y lesa humanidad en Iguala, México
Aprobada por
la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la
Humanidad, en su reunión plenaria en Caracas, República Bolivariana de
Venezuela, diciembre de 2014.
La Red de
Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad hace
patente su profunda indignación por el crimen de Estado y lesa humanidad,
consumado en Iguala, Guerrero, México, en el que seis personas fueron
ejecutadas extrajudicialmente, tres de ellos estudiantes de la Escuela Normal
Isidro Burgos de Ayotzinapa, mientras 43 normalistas sufrieron desaparición
forzada, sin que hasta la fecha, se sepa su paradero.
En Iguala
se condensó en unas horas de barbarie toda la violencia estructural y de Estado
que ha padecido México durante más de una década, y que ha resultado en más de
120 mil muertos, en su mayoría jóvenes y pobres, al menos 30 mil
desaparecidos, así como medio millón de desplazados internos y fuera del país.
Juvenicidio y femenicidio son una constante en la cotidianidad mexicana. Estas políticas represivas forman parte de los cambios estructurales neoliberales que
han impuesto los gobiernos de traición nacional, a partir del Tratado de Libre
Comercio, que en los hechos sólo ha beneficiado a Estados Unidos y a las
corporaciones trasnacionales que despojan a los pueblos de sus recursos
naturales y estratégicos.
¡Fue el
Estado¡ ¡muera el mal gobierno! Y ¡fuera Peña Nieto son los gritos que se
escuchan en las calles del México en pie de lucha y en decenas de ciudades del
mundo entero que han arropado con su solidaridad y ternura a los familiares de
los masacrados y han denunciado el desvío de poder en el que han incurrido los
tres niveles de gobierno.
El crimen
de Iguala rememora la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas
de Tlatelolco en 1968 y la perpetrada el 10 de julio de 1971, a los asesinados
y desaparecidos durante la guerra sucia que duro más de 20 años, a los
masacrados en Aguas Blancas y Acteal, crímenes todos en los que se identifica
siempre la mano del Estado mexicano y las fuerzas armadas, con sus grupos
paramilitares, como el Batallon Olimpia, Los Halcones, La Brigada Blanca y los
que ahora operan bajo la cobertura del crimen organizado, que en realidad
constituye la cara clandestina de un gobierno mafioso y delincuencial. Estados
Unidos, principal consumidor de estupefacientes y el más importante vendedor de
armas en el planeta, impone una guerra interna contra el pueblo, para
beneficiar sus circuitos financieros y ejercer un control neocolonial sobre el
país hermano.
La Red en
Defensa de la Humanidad señala a Enrique Peña Nieto, presidente de México, en
su calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, como principal
responsable de la tragedia de Ayotzinapa y expresa su apoyo solidario con el
pueblo mexicano, especialmente con los dignos padres y madres de los
masacrados.
Ayotzinapa
sintetiza los agravios cometidos por el imperio y la oligarquía local contra el
pueblo de México, pero es también el modelo de dominación, impuesto por el
neoliberalismo que no queremos para la humanidad.
¡Vivos se
los llevaron, vivos los queremos, sin perdón ni olvido, exigimos justicia!